CIENCIAS P3 Contaminación microplasticos en los oceanos
Microplásticos en los océanos:
La presencia de restos de plásticos en el medio marino es un problema
mundial reconocido y la ingesta de microplásticos por los organismos marinos
está muy generalizada. Un estudio señala que al menos 170 especies de vertebrados
e invertebrados marinos ingieren restos antrópicos (que no tienen origen
natural sino que provienen de objetos fabricados por el ser humano) (Vegter et
al., 2014). No obstante, dado que el campo de la investigación de
microplásticos es relativamente nuevo, es importante señalar que todavía están
en fase de desarrollo y se deben estandarizar los métodos para aislar,
identificar y documentar la contaminación por plásticos (Koelmans et al.,
2015). Es difícil llevar a cabo estudios cuantitativos para monitorizar el
número de microplásticos en el intestino del pescado y marisco recolectado (ver
recuadro), además los resultados varían de un estudio a otro. Según los
análisis de las muestras de campo publicados en las revistas científicas el
número va de cero a 21 microplásticos por individuo (Lusher et al., 2016;
Rochman et al., 2015; Lusher et al., 2013), pero estas cifras no son ni mucho
menos definitivas. Ahora que se ha establecido la presencia de microplásticos
en distintos organismos marinos, los estudios científicos se centran en el
impacto que estos tendrán en dichos organismos. Tras un análisis científico se
identificaron los siguientes polímeros en el tejido de los organismos marinos: polipropileno, polietileno, resina
alquídica (se emplea en la pintura y otros revestimientos), rayón, poliéster, nylon y acrílico,
poliamida, poliestireno, tereftalato de polietileno (PET) y poliuretano (Neves et al., 2015; Rummel
et al., 2016). En el hemisferio norte, especialmente en Europa y Estados
Unidos, se han realizado más estudios que en el hemisferio sur, aunque esta
tendencia está empezando a cambiar. Por ejemplo, uno publicado este año
analizaba la contaminación por microplásticos en los mejillones criados en el mar en São Paulo,
Brasil (Santana et al., 2016). También China ha aumentado el número de estudios
que publica sobre microplásticos (Li et al., 2016; Li et al., 2016b). Sin
embargo, son menos los datos procedentes de Asia, África o el Polo Norte y Sur.
Aún así, dado que se han encontrado microplásticos flotando en las aguas del
Ártico, Antártida, Atlántico, Pacífico e Índico, así como en los sedimentos de
alta mar, es razonable concluir que la presencia de microplásticos en el mar
está muy generalizada (GESAMP, 2015).
Niveles de microplásticos en
pescados y mariscos
- Un estudio
portugués halló microplásticos en el 19,8%
de 263 pescados de 26 especies
comerciales (Neves et al., 2015).
- • En una
muestra de campo obtenida mediante arrastre el 36,5% del pescado capturado en el canal de la Mancha contenía
polímeros sintéticos. El estudio no analizó el efecto de la ingesta de
microplásticos sobre los peces. Los autores sugieren que es probable que
los peces se comieran los
microplásticos al alimentarse de
forma natural (Lusher et al., 2013).
- • Un
análisis de 121 peces individuales, incluyendo especies comerciales como
el pez espada, el atún rojo del Atlántico y el atún blanco del
Mediterráneo central, reveló que el 18,2%
de las muestras contenía residuos
de plástico (Romeo et al., 2015).
- • Un grupo
de investigación con base en Estados Unidos analizó los peces salvajes capturados para ser
vendidos en el mercado para consumo humano en dos zonas geográficas
distintas: Makassar (Indonesia), y California (Estados Unidos). Según el
estudio el 28% del pescado capturado en aguas indonesias y el
25% del pescado capturado en aguas estadounidenses
contenían residuos antrópicos. Todos los residuos encontrados en el
pescado indonesio eran de plástico,
mientras que los residuos del pescado estadounidense eran principalmente fibras (no se analizaron, por lo
que se desconoce si eran plástico o algodón) (Rochman et al., 2015).
- • Los
pequeños organismos marinos que ingieren partículas plásticas pueden
transferirlas en parte o en su totalidad a la cadena alimenticia. En un estudio de campo donde se
recolectaron peces que se alimentaron de plancton procedente del giro del Pacífico norte, se observó
que el 35% del pescado recolectado contenía fragmentos de plástico. Los
peces que se alimentan de plancton suelen ser el alimento de otros peces
de la cadena alimenticia, por tanto, la contaminación por plásticos puede
afectar a depredadores como el atún
o calamar que se alimentan de peces más pequeños (Boerger et al.,
2010).
- • En una
muestra de 290 peces capturados en el mar del Norte y el Báltico, el 5,5% del intestino de los peces
contenía plásticos. Los análisis mostraron que el 40% de los plásticos eran polietileno.
Otros tipos de plásticos encontrados fueron: poliamida (22%), polipropileno (13%), así como poliestireno,
tereftalato de polietileno (PET), poliéster, poliuretano y caucho en
porcentajes más bajos (Rummel et al., 2016).
- • Tras
examinar el contenido del estómago de 141 peces de 27 especies capturadas
en el giro subtropical del Pacífico Norte se descubrió que el 9,2% contenían microplásticos. El pescado capturado consume Principalmente
zooplancton por lo que los
autores creen que es posible que los microplásticos entraran en la cadena alimenticia a través de sus presas (Davison & Asch, 2011).
- • En un
estudio sobre la langosta noruega
(Nephrops norvegicus) se descubrió que el 83% de la muestra capturada mediante arrastre en el mar de
Clyde contenía filamentos de
plástico en el estómago. Los investigadores concluyeron que se podía
acumular plástico en las langostas ya fuera por consumirlo de forma
accidental o porque las langostas comieran animales contaminados por
plásticos (Murray & Cowie 2011).
- • En el
Atlántico norte el 11% de una muestra de campo de 761 peces mesopelágicos habían ingerido
pequeñas cantidades de residuos plásticos (Lusher et al., 2016).
- • Se han
descubierto microplásticos en el mejillón
marrón del estuario de Santos en São Paulo, Brasil (Santana et al.,
2016) y en el mejillón común
(Mytilus edulis) en la costa de China continental (Li et al., 2016b).
- • Asimismo
se encontraron microplásticos en el mejillón común (Mytilus edulis) del
mar del Norte y en la ostra
japonesa (Crassostrea gigas) del Atlántico. Ambas especies se habían cultivado para consumo humano (van
Cauwenberghe & Janssen, 2014).
Ruta de asimilación de los
microplásticos
Las especies marinas ingieren los microplásticos de distintas formas: los mejillones y las ostras al alimentarse por filtración;
los cangrejos los inspiran a través de las branquias e
ingieren a través de la boca; al
igual que los peces. Para los animales que se alimentan por filtración la
ingesta de plásticos es un proceso no selectivo. Sin embargo para aquellos
organismos cuyo método de alimentación es más selectivo, como por ejemplo los
peces, los microplásticos se pueden asimilar a través de la ingesta de presas contaminadas o al ingerirlos accidentalmente cuando se confunden con alimento. Es posible
que algunas especies elijan los
microplásticos como alimento (Rummel et al., 2016; Lusher et al., 2016). Un
estudio publicado este año sugiere que cuando hay microplásticos en abundancia es posible que las larvas de perca (Perca fluvialitis) que
acaban de eclosionar prefieran los
microplásticos a su dieta natural de zooplancton (Lönnstedt & Eklöv, 2016).
Acumulación en las especies y
transferencia en la cadena trófica
Otro problema es la posible transferencia
o acumulación de microplásticos en
la cadena alimenticia al ingerir los depredadores
presas contaminadas. Por ejemplo Mazurais et al., (2015) sugieren
que si los organismos que se encuentran por encima de la lubina (Dicentrarchus labrax) en la cadena trófica consumen lubina,
los microplásticos se pueden acumular en los depredadores. Hay que destacar dos
problemas: la acumulación física de
microplásticos en la cadena trófica y su posible contribución a la acumulación de contaminantes químicos.
Entre los estudios que analizan la transferencia de microplásticos en la cadena
alimenticia se encuentran: Pescado • En
un ensayo de laboratorio se observó que los microplásticos del tracto gastrointestinal del mújol
(Mugil cephalus) se habían mudado al
tejido del hígado (Avio et al., 2015). • En un experimento se alimentaron
polluelos de pardela canosa con pellets de resina de polietileno recogida en el
parque costero de Kasai en la Bahía de Tokio; a los pájaros también se les
alimentó con pescado salvaje. Se encontraron
bifenilos policlorados (PCB) en el pescado con el que se alimentó a los
polluelos ya que los peces ingieren PCB a través de sus presas (como por
ejemplo los copépodos). Según el estudio
los bifenilos policlorados se
pudieron transferir del plástico contaminado a los pájaros. Las aves marinas se
pueden ver expues tas a estos contaminantes al comer presas contaminadas
(peces), pero se debe seguir estudiando el impacto de estas sustancias químicas
(Teuten et al., 2009). •
En otro ensayo de laboratorio se investigó la transferencia de
microplásticos en tres niveles de la
cadena trófica para ver los efectos que estos tenían en el pez depredador del nivel más alto.
Comparados con los peces de la muestra de control, los peces que se habían
alimentado con microplásticos se pasaban más tiempo alimentándose, eran menos activos, dedicaban más
tiempo a estar juntos en el banco de peces y menos tiempo y energía a explorar
el tanque (Mattsson et al., 2015).
Bivalvos • En
otro estudio se alimentaron cangrejos de
mar común (Carcinus maenas) con mejillón común (Mytilus edulis) contaminado
por microplásticos; 21 días después de
la ingesta de mejillones contaminados se observaron microplásticos en
los cangrejos, según los autores esto indica que los microplásticos puede viajar a través de la cadena
alimenticia, de la presa al
depredador. A su vez esto indica que el cangrejo común (C. maenas) puede transferir los microplásticos a un
depredador (Farrell & Nelson, 2013). •
El mejillón común (Mytilus edulis) se alimenta por filtración y se ha
demostrado que acumula pequeños
microplásticos de entre 3 μm y 9,6 μm. Los microplásticos que se acumulan en el intestino viajan al sistema circulatorio a los tres días y permanecen en el mejillón
más de 48 horas. La exposición a corto plazo no tuvo ningún efecto negativo
biológico (Browne et al., 2008).
Langosta • En un ensayo de laboratorio se alimentaron
con peces contaminados por plásticos a langostas noruegas (Nephrops norvegicus)
que habían sido capturadas en el mar de Clyde y metidas en tanques. 24 horas
después todas las langostas tenían plásticos en el estómago, los autores
señalan que es posible que el plástico
se pueda acumular a lo largo del tiempo (Murray & Cowie, 2011).
Zooplancton • En un ensayo de laboratorio se alimentó a misidáceos (pequeños crustáceos) con zooplancton contaminado por
microplásticos. Se observó que los crustáceos habían ingerido los microplásticos, esto indica una posible transferencia en la cadena
trófica a través de los depredadores que ingieren presas contaminadas por
plásticos (Setälä et al., 2014).
EVALUACIÓN
- HAGA UNA
SOPA DE LETRAS CON LAS PALABRAS RESALTADAS EN LA LECTURA
2. HAGA UN MAPA
MENTAL CON CADA UNO DE LOS ANIMALES Y DIBUJELOS, EXPECIFIQUE DONDE VIVEN,
QUE COMEN, COMO SE ALIMENTAN, Y COMO ACUMULAN LOS CONTAMINANTES EN SU
ORGANISMO
- CONSULTE EN
CASA QUE ES UNA CADENA TRÓFICA, CUANTOS NIVELES PUEDEN TENER, Y COMO SE
TRANSFIERE LA ENERGIA O ALIMENTO DE UN NIVEL A OTRO. haga un dibujo de una cadena trofica.
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